16/1/09
El jamás habla conmigo y yo no digo que él no existe, perdiste el norte, yo lo perdí al jugar con miedo, al sentir nervios traicineros, tensando mis dedos, puedo soportarlo, quise esquivarlo, y nada cambia, ahora mi corazón es como un invierno en Finlandia, no queda rabia sólo pena, una gangrena que mis penas pudre, pieza perdida del puzzle.